Una de las más famosas actrices del teatro y el cine portugués de su generación, Beatriz Costa también fue un icono popular. Debutó muy joven como corista, pero no fue hasta la década de los años 30 cuando conocería el auge de su carrera con las películas A Canção de Lisboa y Aldeia da Roupa Branca. Beatriz Costa fue presencia asidua en A Brasileira do Chiado, donde trabó amistad con Almada Negreiros, Fernando Pessoa y Stuart Carvalhais en una época en la que «las señoras no iban a sitios en los que permaneciesen los hombres», según sus propias palabras. En las mesas de A Brasileira sus compañeros de café le enseñaron a escribir Beatriz con «z» a esta mujer que prácticamente no supo escribir hasta su adolescencia.