Estatua de Fernando Pessoa 

Inicialmente proyectada con el brazo izquierdo levantado y el derecho suspendido, en un momento de pausa Lagoa Henriques, el autor de la obra, cogió el libro «Obras de Fernando Pessoa» y lo abrió al azar por una de sus páginas. Se encontró con el siguiente poema del poeta: «La mano puesta sobre la mesa / La mano abstracta, olvidada / Margen de mi vida / La mano que puse sobre la mesa / Para mí mismo es sorpresa / Porque la mano es lo que tenemos / O define quien no somos / Con ella aquello hacemos». En ese momento, el artista tuvo una epifanía, como si hubiese acabado de recibir un mensaje de Pessoa y decidió cambiar la posición del brazo, colocándolo sobre la mesa, como hoy está, perpetuando la memoria de uno de los referentes del modernismo. La estatua la inauguró el 13 de junio de 1988, en ocasión del centenario del nacimiento del poeta, Mário Soares, entonces Presidente de la República.